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Carta a tu yo adulto


CARTA A TU “YO ADULTO”

A ti, mi pequeñ@ gimnasta, que llegaste a mi vida en tu infancia; que creciste cada día delante de mí, tanto física como deportivamente; que creciste en responsabilidad, madurez y emocionalmente.

A ti, que me escuchabas incluso sin comprender del todo el sentido de mis palabras o de mis acciones. A ti que confiabas en mí cada vez que te decía “siempre se puede un poco más”, “confía en ti”, “eres capaz de lo que te propongas”.

A ti, que después de mucho tiempo pisando ese tapiz que nos unía, un día te quitaste las punteras y te calzaste las zapatillas para salir por última vez del pabellón siendo gimnasta.

Espero que después de ese tiempo, en el que has pasado de ser gimnasta físicamente a serlo de corazón, guardes con cariño los recuerdos de tantas horas que viviste a mi lado en el tapiz, de tantos intentos, de tanta superación personal, de las caídas, de las alegrías, de las enseñanzas y de tantas vivencias.

Espero que ahora, que ya estás en tu edad adulta (o que llegarás pronto), ahora que hablamos de igual a igual, ahora que han desaparecido las jerarquías (aunque sabes que nunca me gustaron y siempre intenté trataros “de persona a persona”, aunque tuviésemos edades diferentes), espero que ahora hayas llegado a comprender lo importante que has sido para mí. Lo importante que has sido NO como “producto”, ni como “elemento con el que conseguir expectativas”, así NO. Espero que hayas sido capaz de comprender lo importante que has sido para mí como persona; una persona que estaba formándose, que estaba creciendo; como una persona cuyas vivencias de la infancia marcarían la persona que sería después, como persona valiosa por el simple hecho de querer aprender, de ilusionarse, de confiar y de disfrutar.

Espero que ahora, que ya eres una persona adulta, hayas llegado a entender el porqué de mi forma de hacer las cosas, de la importancia que le doy a lo personal por delante de cualquier otro objetivo, el porqué del valor tan alto que le doy al esfuerzo, a la superación, a intentarlo siempre, a arriesgarse, a la unión, al respeto de unos a otros y, sobre todo, al respeto y a la confianza en un@ mism@.

Espero que ahora, que eres una persona adulta, comprendas que he estado y estoy si lo necesitas, que comprendas que lo que te enseñaba hace años todavía puedes aplicarlo en tu día a día, que cuando te encuentres ante un momento difícil o una situación de incertidumbre recuerdes que “siempre se puede un poco más”, que resuene en tu cabeza ese “confía en ti” que tanto me has oído decir y que sientas que “eres capaz de lo que te propongas”.

A ti, mi gimnasta, que te seguiré sintiendo siempre como “mi niñ@” aunque ya seas una persona adulta, espero que ahora puedas comprender que mi objetivo no era cuidarte sólo como gimnasta, sino cuidarte como PERSONA.
Cris GV.
 
P.D. Espero que, después de los años, para ti también siga siendo “tu entrenadora”.
 


 

CEIP Miguel de Cervantes, Camino de Berrocales S/N, Argés (Toledo)
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